Presentamos la celebración del carnaval soldadesco de ánimas, que se viene realizando desde hace siglos en Torrico (Toledo), esta experiencia de cultura popular, tiene un carácter integrador que se refleja en los modos de vida, abarcando todas las expresiones, tanto materiales como espirituales y las diversas formas de sus relaciones sociales. Este modo de cultura es popular, en cuanto el pueblo es creador y portador de sus valores que se transmiten de una generación a otra y es tradicional porque define y determinada la permanencia de las prácticas culturales y por lo tanto de su continuidad.
CARNAVAL
SALDADESCO DE ÁNIMAS
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Las hermandades de Ánimas se formaron alrededor del siglo XV, en el caso de Torrico se llama Escuadra de Ánimas y está compuesta por: Capitana, Oficiales, Tamborilero, Abanderando, Sargentos y Sargentas. El principal motivo de la Escuadra de Ánimas es recaudar fondos para pagar las misas que a lo largo del año se ofrecen por las Ánimas del Purgatorio.
Se piensa que la fiesta
de Carnaval de Torrico es un recuerdo de marchas guerreras protagonizadas por
los musulmanes y continuadas por los cristianos mozárabes para mantener la
seguridad en los poblados: recorrían las calles un grupo de soldados, empuñando
las alabardas y ondeando la bandera al son del tamboril con el fin de intimidar
con su presencia tanto a lugareños como a enemigos.
Es probable que las
gentes se acostumbraran a estos recorridos de la soldadesca, que con el cambio
de aconteceres, se convertirán en fiestas paganas que la Iglesia cristianizó.
En el Carnaval de
Ánimas, lo más espectacular es la “Carrera de Sargentos” que basándose en las
danzas soldadescas en la más pura tradición conservada, es una de las más
peculiares de la zona.
Esta “Carrera de
sargentos”, se representa colocándose en un lado las autoridades, el sacerdote
y el alcalde y en el otro extremo se ponen
las Sargentas en filas de tres o cuatro mozas junto con el Oficial y en la
última fila el Abanderado y la Capitana portando la caja de caudales.
Los Sargentos ataviados
con el traje de Calzones y al son del tambor se cruzan por detrás del grupo de
Sargentas que van ataviadas con el traje
típico de labradora o de franjas, mostrando su juventud, belleza y
lozanía, estas son escoltadas por los sargentos con sus alabardas, hasta
llevarlas a todas al extremo donde están las autoridades. Los últimos en
trasladarse son el abanderado y la capitana, por ser las figuras más
importantes. Una vez que llegan junto a su escuadra, el tambor cambia de ritmo
y los sargentos comienzan a correr guiados por un oficial a través de señas
estratégicas.
Después le toca el turno
al abanderado que con otro ritmo diferente, el tambor le va marcando el paso,
para acabar ondeando la bandera de las Ánimas Benditas por encima de las
cabezas del grupo de sargentas. En un momento de los pases y aprovechando que
los sargentos están cansados se escapa al bar más cercano, esos salen corriendo
hasta alcanzarle y recuperar la bandera, trayéndole a hombros con la bandera al
aire, simbolizando como en cualquier otro desfile militar el no poder
permitirse perder la bandera.
Este acto denominado
“carrera de sargentos”, termina con la venta de dulces típicos de esta
localidad (roscas, floretas y suspiros), que son bajados a la plaza en barreños
de barro sobre la cabeza de los sargentos.
Estos dulces son
elaborados unos días antes por las gentes voluntarias del pueblo y los
ingredientes (harina, huevos, miel, etc.) para su elaboración son donados por la
población.